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Hoy,16 de Enero del 2025
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En el comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores, dirigido por Diana Mondino, expresó: «La Argentina repudia el hostigamiento de la que es objeto su sede diplomática en Caracas a partir de la decisión del régimen de Maduro de interrumpir el suministro eléctrico». Además, advirtió sobre «cualquier acción deliberada que ponga en peligro la seguridad del personal diplomático argentino y de los ciudadanos venezolanos bajo protección».
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rompió el silencio esta semana tras al pedir la publicación de las actas, en un claro mensaje hacia Maduro. “Es normal que haya una disputa. ¿Cómo se resuelve? Presenten las actas. Si el acta genera dudas […] la oposición entra con un recurso y espera al proceso en la Justicia. Habrá una decisión, que tenemos que acatar. Estoy convencido de que es un proceso normal, tranquilo”, manifestó Lula en declaraciones a Globo News respecto a la situación venezolana.
El día martes, Maduro compareció en televisión con una biblia en mano y arremetió verbalmente contra los manifestantes que protestaban en 200 lugares distintos de Venezuela, calificándolos de «terroristas de extrema derecha, drogadictos y delincuentes». Sin embargo, muchos de estos manifestantes provenían de barrios populares y zonas humildes, reclamando lo que consideran su triunfo electoral, liderados por el candidato opositor Edmundo González Urrutia.
En las calles de Caracas, el silencio reinaba al caer la tarde, 24 horas después de las protestas. La militarización y el pánico impuesto por guardias nacionales y paramilitares crearon un ambiente de toque de queda no oficial. La revolución activó el plan terror, destacando el papel de los colectivos revolucionarios, paramilitares con licencia para enfrentar a los manifestantes.